Las marcas las hacen las personas, pertenecen a las personas. El protagonismo está en un consumidor cada vez más “maduro”, hasta el punto de hacerle partícipe no sólo de las decisiones sobre el producto, también sobre la comunicación. En esta situación, ha surgido con fuerza el término “co-creación”.
Co-creación sí, pero dirigida por la marca. Las marcas deben suficientemente fuertes como para no dejar toda su comunicación en manos de los consumidores. El consumidor no necesita ser invitado para participar en el contenido de una marca. Lo hace porque le da la gana y porque tiene las herramientas para hacerlo. La industria del entretenimiento no la hacen los consumidores. No todo vale en relación con la co-creación. Los recursos se agotan, se ha abusado de esta técnica y ya no funciona igual que cuando comenzó a utilizarse. Ahora debe ser realmente relevante para la gente.
Nuestra propuesta es la siguiente
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